Un tesoro de la ciudad que esconde en su interior el verdadero significado del lujo.
San Bernardo 126 es un símbolo de la arquitectura modernista de principios del siglo XX.
La intervención rinde homenaje al contexto histórico del edificio, por ello, se han respetado y conservado distintos elementos como la escalera y su impecable fachada. Original de 1914, aún se puede apreciar la grandeza del arquitecto Julio M. Zapata.
El edificio se levanta sobre rasante en siete plantas, protegiendo ese sabor tradicional de las cosas auténticamente capitalinas que desprenden elegancia.
Ladrillo sólido, piedra potente, líneas armoniosas y detalles clásicos que se exponen con rotundidad, acompañados de una completa renovación interior que sitúan a San Bernardo 126 en la vanguardia de la edificación.
Tradición y modernidad se mezclan en perfecta armonía para crear un espacio único.
Un edificio imponente que conserva el esplendor de sus tiempos, para recuperar esa esencia de la vida lujosa y convertirla en un signo de identidad propio.
Las zonas comunes se convierten en las grandes protagonistas para ofrecer experiencias centradas en el ocio y el bienestar de sus habitantes.
Una imponente entrada te abre las puertas de San Bernardo 126.
El acceso tiene lugar a través de un amplio garaje que cuenta con 37 plazas de parking robotizado y un parking para bicicletas. Además, la planta -1 ofrece a los propietarios un trastero por vivienda.
La cubierta del edificio se transforma en un lugar sorprendente y acogedor para vivir momentos inigualables en el solarium, en la gastroteca o en la maravillosa piscina exterior.
Espacios de alto diseño y servicios de máximo nivel como la sauna, el baño turco o el estupendo gimnasio con terraza, son concebidos para el encuentro de la comunidad.